Hábitos de estudio
Se llaman hábitos de estudio a aquellas
conductas que los estudiantes practican regularmente, para incorporar saberes a
su estructura cognitiva. Pueden ser buenos o malos, con consecuencias
positivas o negativas, respectivamente, en sus resultados.
Se incorporan con la práctica continua, y
luego se vuelven naturales. Como buenos hábitos podemos citar: cumplir
horarios; establecer una metodología, diagramar el tiempo con que se cuenta;
llevar un ritmo constante; mantener el orden en el material; estudiar en un
lugar silencioso y cómodo; utilizar técnicas para aprender significativamente,
como la de subrayado, cuadros sinópticos y comparativos o mapas conceptuales;
repasar; exponer en voz alta lo aprendido; cotejar los apuntes de clase con los
textos recomendados; releer si no se entiende; ayudarse con el diccionario para realizar la lectura comprensiva; pautar
descansos cortos por cada hora de dedicación; etcétera. Se van formando en
forma progresiva, ya que no se puede pretender que un alumno de entre seis y
once años aplique técnicas complejas, pero sí que automatice el orden, la
prolijidad o el manejo del tiempo. La ayuda del maestro y la familia como guías
para la incorporación de estos hábitos es fundamental.
Contar con buenos hábitos de estudio,
posibilitarán que una vez que el alumno ya no cuente con la guía permanente de sus docentes, pueda transformarse en alguien
capaz de estudiar por sí solo, que es lo que se denomina estudiante con autonomía, además de que esos contenidos se acumulan en su memoria
de largo
plazo.
Se
consideran malos hábitos de estudio: memorizar, tratar de incorporar el
contenido a aprender a último momento, tratar de aprender en un lugar con poca
luz, desordenado y ruidoso, ser desprolijo, estudiar cansado o con hambre,
etcétera.
Los 7 hábitos de estudio claves para triunfar en la
Universidad
1.
Organiza tus tiempos de estudio
Es
importante no dejar para estudiar cuando sientas que tienes el tiempo. Organiza una rutina de estudios y apégate a ella. Puede que parezca difícil
incorporar la rutina de estudios al horario de clase y las tareas que te
asignen, pero no puedes dejarlo al azar, ya que jamás te dedicarás a ello. Las
sesiones constantes te ayudarán a distribuir mejor tus actividades y llegar preparado a los exámenes y pruebas
parciales.
2. Dedica más tiempo de estudio a las asignaturas más difíciles
La
mayoría de los estudiantes tienen una asignatura a la que temen. En lugar de
dejarla para último momento, enfréntala desde el principio y dedica tiempo de
estudio a ello. Esto te hará ganar seguridad y tranquilidad y podrás
disfrutar de estudiar el resto de las asignaturas que disfrutas.
3. Consigue un compañero de estudios
Si bien
estudiar con un amigo puede ser divertido, es mejor elegir a alguien
que se tome en serio el estudio y la responsabilidad de estudiar con alguien
más. Si es un compañero de clase podrás compartir notas, hacerse preguntas
entre ustedes e incluso tener a alguien que te explique lo que no entiendes.
4. Estudia todos los días
Si
bien es probable que quieras tener un día libre, si te dedicas a diario
a ello tendrás una chance mayor de adquirir el hábito. Además, tus tiempos
de estudio serán más cortos de este modo y podrás refrescar los conceptos para
las pruebas. Mirar el material a diario te ayudará a recordarlo con más
facilidad y a mejorar tu rendimiento en clase.
5. Recompensa tu esfuerzo
Las
recompensas son una manera sana de incentivar los hábitos de
estudio. Cuando alcanzas tus metas cómprate un helado o algo que disfrutes.
También puedes optar por pequeñas recompensas entre las diferentes asignaturas
como escuchar una canción o comer una golosina.
6. Evita las distracciones
Muchos
se enorgullecen de poder realizar varias actividades simultáneamente, pero el
estudio no es el momento para ello. Apaga la televisión y guarda el
móvil y cualquier dispositivo que pueda distraerte. Considera ir a estudiar
a la biblioteca porque si estás solo te tentarás, mientras que en la biblioteca
todo el mundo estará estudiando y las tentaciones serán mucho menores.
7. Consigue un tutor que te ayude a estudiar
Si no logras
fomentar hábitos de estudio duraderos considera un tutor. No
sólo es útil para estudiar cada asignatura sino que además sueñen proveer
nuevas maneras de estudiar o ayudarte a mejorar tu
concentración. En general los tutores colocan anuncios en los tablones
o paneles de avisos.
Una correcta hidratación, clave en el rendimiento
cognitivo
6
La adecuada hidratación de los organismos es vital
para la supervivencia y su óptimo funcionamiento físico y psíquico. Por eso
ahora, coincidiendo con la vuelta al trabajo o los inminentes exámenes de
recuperación al acecho, es vital mantener el cuerpo bien hidratado para mejorar
el rendimiento cognitivo y evitar disfunciones del organismo ante la falta de
líquido.
Se ha comprobado
que estados leves de deshidratación ya comportan detrimentos en el
rendimiento cognitivo, de mayor magnitud en poblaciones especiales (niños y
ancianos) pero también en adultos jóvenes. La temperatura elevada, la humedad y el estrés son tres factores
cruciales que propician estados de deshidratación.
Una correcta
hidratación influye en el buen funcionamiento del cuerpo y de la mente. El
conjunto de procesos mentales que intervienen en la inteligencia y el
pensamiento sufren alteraciones como consecuencia de la deshidratación. La
memoria, el aprendizaje, la capacidad de atención, etc. pueden disminuir por la
falta de líquidos, sobre todo cuando el cuerpo sufre pérdidas de más del 2%.
Durante las
sesiones de estudio, aunque la actividad física sea prácticamente inexistente y
no se perciba la necesidad de hidratarse, es aconsejable no olvidar una
adecuada ingesta tanto de sólidos como de líquidos.
"Si bien el
agua es el elemento por excelencia utilizado en el mundo para hidratarse,
pensar en introducir el consumo de café con hielo así como refrescos de té o
cola pueden ser buenas opciones ya que en ellas se combina la ingesta de
líquido junto a cafeína a dosis responsables para beneficiarse además de
efectos estimulantes cognitivos", destaca la Dra. Ana Adán, investigadora
del departamento de Psiquiatría y Psicobiología Clínica de la Universidad de
Barcelona e investigadora principal del estudio Performance.
Asimismo, los
expertos recomiendan dosificar las horas de estudio, propiciando los descansos
programados con el fin de que el cerebro recupere toda su capacidad funcional.
“Cada dos horas puede ser muy positivo hacer un pequeño descanso
y aprovecharlo para hidratarse”,
recomienda la Dra. Ana Adan.
Combatir el estrés
La hidratación no sólo permite mantener las constantes vitales de nuestro organismo, sino que también permite tener controlados los niveles de estrés, que tanto se disparan en esta época.
Combatir el estrés
La hidratación no sólo permite mantener las constantes vitales de nuestro organismo, sino que también permite tener controlados los niveles de estrés, que tanto se disparan en esta época.
Muchas gracias por compartirnos estos hábitos de estudio, ya que muchos de ellos los ignoramos,
ResponderEliminarpero ahora que ya podemos saber cuales son y la importancia que tiene cada uno, mejoraremos como persona pero sobre todo en el ámbito de estudio.
grasias compañeros por su publicasión, es muy interesante y es un tema que deberíamos de poner en practica siempre, para mejorar como estudiantes y poder sobresalir en nuestra vida diaria, ya que muchos no los tomamos en cuenta y por eso mimo salimos mal en las pruebas.
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